PAISAJES SORPRENDENTES

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Cancho de la Cabeza

Considerado uno de los miradores más excepcionales de la Sierra Norte de Madrid, el Cancho de la Cabeza es un lugar único. Desde lo alto de este privilegiado promontorio es posible divisar la práctica totalidad de la comarca, el embalse de El Atazar y un sinfín de cumbres y puertos de las sierras de Guadarrama y de Ayllón.

El Cancho de la Cabeza constituye el enclave situado a mayor altitud de nuestro municipio (1.263 m). Desde su cima podrás disfrutar de unas impresionantes vistas del embalse de El Atazar. También de distintas formaciones geomorfológicas de la Sierra norte de Madrid.

Desde el punto de vista geológico, esta montaña está formado pizarras que se formaron hace aproximadamente 500 millones de años. Durante el ordovícico hubo una deposición de sedimentos en un fondo marino. Estos sedimentos se metamorfizaron y convirtieron en pizarras.

Los materiales se transformaron en una serie de montañas que con el paso del tiempo se erosionaron. Y dieron lugar a un paisaje con cerros montañosos de baja altura. En la actualidad la zona cercana al Cancho de la Cabeza se encuentra repoblada con pinares de pino silvestre, pino negro y pino.

Desde el Cancho de la Cabeza se forma un macizo montañoso de alturas desordenadas y tapizado de jaras. Finaliza en los cerros de Torrelaguna y se prolongan hasta El Berrueco, donde se enlazan con la sierra granítica de La Cabrera.

Dicen nuestros vecinos que desde la cima se pueden observar hasta diecisiete pueblos. Si quieres comprobarlo puedes recorrer la ruta del cancho de la Cabeza. El recorrido de menos de 13 kilómetros de distancia y unas cuatro horas de duración asciende hasta la cima.

Las Cárcavas

Denominadas, en ocasiones, las Cárcavas de Patones, este paisaje de aspecto encantado se sitúa en realidad en la vecina provincia de Guadalajara, cercano a la localidad de Valdepeñas de la Sierra. No obstante, desde diversos enclaves de nuestro municipio es posible disfrutar de unas fantásticas vistas de este sorprendente paisaje.

Desde muchos lugares de nuestro término se divisa, como telón de fondo, el paisaje de aspecto encantado de las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra (Guadalajara). Destaca desde la distancia el color rojizo de las arcillas y las espectaculares chimeneas de hadas; es un paisaje que parece sacado de un cuento.

Las cárcavas se forman sobre terrenos arcillosos que son blandos y deleznables y muy vulnerables a la erosión. En las zonas en las que hay una pendiente elevada, las aguas de lluvia van formando arroyos que siguen la línea de máxima pendiente.

Los terrenos acarcavados son zonas de un continuo dinamismo. El agua va modelando de una forma rápida el terreno y como las arcillas presentan materiales más blandos y otros más duros, y consecuentemente más difíciles de erosionar, se originan formas en torreones o pirámides, en cuyo vértice suele encontrarse un fragmento de mayor tamaño.

A estos torreones se les conoce como chimeneas de hadas. Si quieres disfrutar de las vistas de las cárcavas desde Patones puedes pasear por la presa del pontón de la oliva o recorrer la ruta “nuestros orígenes” hasta el yacimiento arqueológico de la Dehesa de la Oliva.

Meandros del Río Lozoya

En el último tramo del río Lozoya, antes de desembocar en el río Jarama, pasada la presa del Pontón de la Oliva, se forman unos singulares meandros, atravesando un paisaje de enorme importancia ambiental. Una ruta discurre en paralelo a este tramo del río Lozoya, permitiéndote descubrir rincones únicos y desconocidos, gran atractivo.

El trazado serpenteante del río Lozoya, en su último tramo, transcurre entre pizarras y calizas. Las curvas que forma el cauce se conocen como meandros y se generan por la erosión y depósito de sedimentos ocasionado por el trabajo constante del agua.

Escondido en el paisaje se descubre un meandro abandonado. Se forma cuando el agua abandona el cauce por el que fluía debido a la dinámica erosiva y lo hace por un camino más corto. En este cauce abandonado, se encuentran pequeñas lagunas con forma de media luna que pueden estar rellenas de agua estacionalmente.

La geología está en continua evolución y aunque en la escala humana no podamos percibirlo posiblemente dentro algunos miles de años se forme otro meandro abandonado y el río vuelva a modificar su recorrido.

Desde este punto de interés didáctico para el estudio de la geología, también se pueden observar hacia el sureste, los relieves en cuesta de caliza apoyados sobre pizarras y por encima las cárcavas de las arcillas y yesos del Terciario.

Puedes descargar el folleto “Lugares de interés geológico” para conocer más sobre los episodios de una historia que ilustra nuestro diverso paisaje.

Las Calerizas

Nuestros vecinos conocen localmente como Las Calerizas al relieve en cuesta que discurre entre la presa del Pontón de la Oliva, en el extremo oriental de nuestro municipio, y la localidad de Torrelaguna. El nombre se debe a las rocas calizas que forman esta singular “hilera” de escarpes y barrancos, de un notable interés geológico y paisajísticos.

Las rocas calizas de Las Calerizas, y de otros enclaves cercanos, se formaron hace aproximadamente 65 millones de años (Cretácico superior). Contienen minerales y fósiles que nos hablan de climas tropicales y de un mar cálido con playas.

En la época de los grandes reptiles y los dinosaurios Patones era una zona marina cercana a la costa. En este ambiente fueron precipitando las rocas calizas. Con el tiempo, este paisaje cambió, desapareció el mar, hubo un levantamiento de la cadena montañosa y se inclinaron las calizas entre 30 y 40º.

Después las calizas comenzaron a sufrir un proceso de karstificación. Se formaron numerosas cuevas y por último los ríos y arroyos crearon una serie de barrancos. Uno de esos barrancos, el que forma el arroyo de Patones es la senda ecológica por la que se asciende a Patones de Arriba.

La mejor forma de observar el paisaje de Las Calerizas es ascendiendo hasta la vecina población de Uceda. Desde allí puedes observar todos los cerros y contemplar Patones de Abajo y la vega del río Jarama. También puedes descubrir oculto en el paisaje el pequeño núcleo urbano de Patones de Arriba.

Se pueden recorrer Las Calerizas en la ruta Nuestros orígenes y la ruta A Pie de monte.