Nuestro patrimonio hidráulico está formado por las presas, los acueductos, canales y sifones de distintas infraestructuras hidráulicas. La primera, el canal de Cabarrús, era un sistema de riego que abastecía las huertas de Patones, Uceda, Torremocha y Torrelaguna. En el siglo XIX, reinando Isabel II, se construyó la presa del Pontón de la Oliva y el canal que transporta el agua hasta la actual calle Bravo Murillo en Madrid. La construcción más reciente es la presa de El Atazar, una obra faraónica que transformó la forma de vida nuestros vecinos.
En nuestro municipio se emplaza la primera presa de agua de la Comunidad de Madrid, construida a mediados del siglo XIX, en sillería y mampostería de caliza. Situada en el último tramo del Lozoya, la presa del Pontón de la Oliva es una impresionante obra de ingeniería hidráulica de 27 metros de altura y 72 metros de ancho.
Desde mediados del siglo XVIII ya se tenía la idea de suministrar agua a la corte desde algunos de los caudalosos ríos de las zonas serranas del territorio madrileño. Es a mediados del siglo XIX, durante el reinado de Isabel II, cuando se seleccionó el pontón de la oliva como el lugar más adecuado para construir la primera presa de Madrid.
En la construcción de la presa trabajaron más de 4.000 personas, de los cuales algunos eran vecinos de Patones y, entre 1.500 y 2.000, eran presidiarios de las Guerras Carlistas. Las obras duraron desde 1851 hasta 1853 en la primera fase y el agua llegó finalmente a Madrid en 1858. Durante este tiempo se construyó el canal del Lozoya o canal de Isabel II por donde se transportaba el agua, con una docena de acueductos y unos 70 kilómetros de conducciones.
Durante las propias obras ya comenzaron a producirse infiltraciones a causa de la naturaleza de las calizas sobre las que se asentaba la presa. Posteriormente se realizaron construcciones accesorias para frenar las pérdidas de agua como la presa de Navarejos y la Parra, también en Patones. Al final se optó, en 1904, cuando el nivel del embalse enraso con la solera de la torre de toma, por inutilizarla para el aprovechamiento hidráulico. La presa nunca fue económicamente rentable.
Para visitar el Pontón de la Oliva podéis acceder desde Patones de Abajo por la M-134 en dirección El Atazar, donde encontrareis un aparcamiento para estacionar el coche y pasear junto a la presa y su entorno natural.
La presa de El Atazar es la última gran presa del río Lozoya. Se construyó entre los años 1965 y 1971, fecha desde la cual es la de mayores dimensiones de la comunidad. Tiene una capacidad de 426 hectómetros cúbicos, lo que supone un 80% del agua embalsada en este río y el 46% del agua embalsada en toda la Comunidad de Madrid.
La construcción del principal y mayor embalse de la Comunidad de Madrid, repartido entre los términos municipales de Patones, El Atazar, Cervera de Buitrago, Puentes Viejas y El Berrueco, no solo modificó nuestro paisaje, también influyó en la forma de vida de nuestros habitantes. Se expropiaron terrenos comunales para reforestar pinos y evitar la erosión y posible colmatación del embalse. Pero también se ofreció trabajo durante las obras a muchos vecinos. En la actualidad muchos vecinos de Patones trabajan en la empresa de aguas Canal de Isabel II.
La presa aprovecha un estrechamiento en el encajamiento del Lozoya en las pizarras de la zona. Tiene bóveda de doble curvatura. Alcanza una altura de 128,40 m y tiene una anchura en la coronación de 370 m. En su interior tiene una importante red de galerías de inspección de más de 8 kilómetros.
Si queréis conocer la presa del Atazar, existen varios miradores cercanos a la carretera M- 134. Desde ellos se puede disfrutar de una panorámica espectacular, tanto de la presa como de las sierras que lo rodean. Además en el embalse se realizan numerosas actividades deportivas como: Vela, Windsurf, Remo o Piragüismo y se puede disfrutar de unas maravillosas puestas de sol.
Nuestro paisaje está salpicado de diferentes construcciones hidráulicas, que en conjunto conforman un patrimonio único. Además del Canal de Cabarrús y las presas del Pontón de la Oliva y el Atazar podéis observar los canales, presas y sifones, las almenaras y los acueductos del canal del Jarama, del Lozoya y del Atazar.
El más antiguo es el canal de la Parra o del Lozoya. Transportaba el agua desde el Pontón de la Oliva hasta Madrid. Algunas partes del muro superan los 17 m de altura y está construido de sillarejos con aristones de sillería. Destaca el canal a su paso por el barranco de Vandentales donde cruza sobre grandes muros escalonados. También el acueducto de las cuevas y la presa – canal de Patones de Abajo. Otras construcciones de este canal son la presa de la Parra, el azul de Navarejos y la antigua casa de guardia de Campoalbillo que en la actualidad es un Museo Aula Geológica.
Por encima del canal del Lozoya podéis observar el canal del Atazar. Está dividido en varias etapas a su paso por nuestro municipio. La primera se encuentra bajo las pizarras y está formada por una galería a presión de hormigón armado. Cerca de Navarejos se encuentra un paraje conocido como la ventana en el que los vecinos de Patones recuerdan que trabajaban los empleados de la presa del Atazar en el primer tramo de canal. Esta etapa termina en las calerizas, en la cámara de rotura de Vandentales. A partir de este momento el canal va por la superficie y pueden observarse sus acueductos y almenaras.
El canal del Jarama, constituye una de las obras más peculiares de la zona por los impresionantes sifones gracias a los cuales el agua atraviesa los barrancos de Las Calerizas. El canal actúa por gravedad y en cada sifón cuenta con tres almenaras; la de entrada, situada en la parte izquierda; la de fondo, en la parte más baja del sifón; y la de salida, en la parte derecha. Están construidas en hormigón recubierto por piedra en mampostería o en sillares toscos.
Estas infraestructuras adornan el paisaje de Patones. Algunas las podéis observar desde el coche, paseando por los alrededores de Patones de Arriba o realizando alguna de nuestras rutas.
A finales del siglo XVIII el Conde de Cabarrús adquirió los derechos de las aguas de la vega del Jarama y comenzó a construir el canal de Cabarrús, que discurría desde el Pontón de la Oliva hasta Torrelaguna. Contaba a lo largo del recorrido con 6 puentes, 3 acueductos, 8 casas de guardia, acequias y dependencias auxiliares como la casa de Oficios.
El Canal de Cabarrús y las ventajas de un sistema de riego tuvo gran influencia en la calidad y cantidad de la producción de las huertas de la vega del Jarama. La agricultura fue durante siglos la principal fuente de ingresos económicos en Torremocha. También un medio para complementar la economía de subsistencia de los vecinos de Patones, Uceda y Torrelaguna. Nuestros vecinos de Patones de Arriba diversificaban su alimentación con los productos que les ofrecían las huertas. Hoy en día se conservan variedades locales como el tomate gordo de Torrelaguna o la calabaza gigante de Patones.
A mediados del siglo XIX comienza la construcción del Canal de Isabel II para el abastecimiento de agua a la ciudad de Madrid. Entonces comenzaron a aparecer los primeros problemas para el riego. En 1852 se destruyó la presa que aportaba agua al canal de Cabarrús para construir lo que es, hoy en día, la Presa del Pontón de la Oliva.
El canal prácticamente se abandonó salvo poco más de un kilómetro de acequia que aún se sigue utilizando por los vecinos de Patones para regar las huertas de las Gorroneras.
Desde Patones de Abajo podéis disfrutar de un estupendo paseo junto a la acequia y varios puentes del Canal de Cabarrús.