ARQUEOLOGÍA E HISTORIA

¡DESCUBRE UN PUEBLO ÚNICO!

Yacimiento de la Dehesa de la Oliva

Incluido dentro de los Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, el Yacimiento de la Dehesa de la Oliva constituye uno de nuestros más valiosos tesoros. El cerro en el que se ubica, próximo a la confluencia de los ríos Lozoya y Jarama, albergó un núcleo urbano de origen prerromano así como, posteriormente, una necrópolis visigoda.

En Patones contamos con el Yacimiento de la Dehesa de la Oliva. Los testimonios arqueológicos del cerro de la Dehesa de la Oliva dan cuenta de la ocupación de diferentes grupos humanos de culturas y sociedades dispares, por un lado en la Cueva del Reguerillo con las manifestaciones artísticas de los cazadores del Paleolítico Superior y los materiales dejados por los agricultores del Neolítico o los primeros forjadores, calcolíticos y de la Edad del Bronce.

Por otro lado, la parte superior del cerro albergó un núcleo urbano de origen prerromano posiblemente carpetano, aunque aún no se han encontrado vestigios de este hecho. Lo que sí se sabe es que fue una ciudad romana tardorrepublicana de cierta entidad, de diseño ortogonal dotada de calles, infraestructuras hidráulicas y edificios públicos. Se abandonó de forma pacífica en el primer tercio del siglo I después de Cristo.

La acrópolis dispone de un caserío con una estructura urbanística, su trazado es octogonal, con viales que se cortan perpendicularmente, dotado con infraestructuras como depósitos, canales de desagüe y aceras. Las casas son de planta rectangular y solían tener tres habitaciones, un modelo similar al de la época prerromana. Hay un edificio porticado, que albergó pequeños comercios y artesanías, sus espacios interiores servían como almacén y su pórtico se utilizaba como lugar de intercambios. Cuenta con un edificio de pilares de carácter público-administrativo. Su muralla, cortados y barrancos naturales forman su sistema defensivo.
El muro fue construido mediante dos paredes de piedra y rellenos en su interior con tierra y piedras.

El cerro de la Oliva permaneció despoblado hasta el siglo V d. C., cuando pobladores visigodos se asientan en la parte baja y emplean las viejas ruinas romanas de la parte superior como área funeraria. La necrópolis está formada por 33 tumbas. Este nuevo asentamiento también de cierta importancia perduró hasta los siglos VII-VIII después de Cristo.

Se abandonó y se volvió a ocupar después de la Reconquista, siendo el vestigio más importante la iglesia románico-mudéjar de la Virgen de la Oliva, del siglo XIII, que se encuentra en una de las faldas de este Yacimiento.

El Yacimiento está situado en el cerro de la Oliva, en la confluencia de los ríos Lozoya y Jarama, encastillado naturalmente por tres laderas, gozando de una privilegiada situación geográfica que le otorga una defensa natural desde tres flancos, contando únicamente con una muralla en la vertiente meridional por ser la menos protegida. Esta privilegiada situación le permitía un amplio dominio visual del territorio y el control de la ruta con la meseta Norte por el puerto de Somosierra, vía citada en fuentes árabes relacionados con la conquista de la península Ibérica.

Fue descubierto durante la construcción del Canal del Jarama por Emeterio Cuadrado, ingeniero del Canal de Isabel II y arqueólogo. Desde las primeras excavaciones se puso de manifiesto la existencia de una ciudad romana sobre el cerro, además de otros asentamientos prehistóricos.

El Yacimiento visitable de la Dehesa de la Oliva cuenta con varios paneles interpretativos que te explican las construcciones, sus distintos usos, y cuenta con recreaciones de como debieron ser. La Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid sigue investigando el yacimiento (más información).

Desde la oficina de turismo se realizan visitas guiadas, para conocer nuestro patrimonio con información de sus posibilidades.

Ermita Virgen de la Oliva

Antigua ermita, de origen románico-mudéjar, situada en las proximidades del Yacimiento de la Dehesa de la Oliva y la presa del Pontón de la Oliva. Se conserva el ábside de la ermita, así como el tramo inicial de la nave. Constituye uno de los monumentos más destacados de nuestro municipio, estando ubicada en un paraje de gran atractivo.

La Ermita Virgen de la Oliva se encuentra en el paraje conocido como Dehesa de la Oliva. Está próxima a otros lugares de interés histórico-artístico y geológico, como la presa del Pontón de la Oliva y el conjunto arqueológico de la Dehesa de la Oliva. Se accede por la carretera que une Patones de Abajo con el embalse de El Atazar, a unos cinco kilómetros del casco urbano.

La Ermita de la Virgen de la Oliva es de estilo románico-mudéjar, también conocido como mudéjar castellano-leonés o románico de ladrillo, aunque con rasgos característicos de la arquitectura rural de la zona. Esta corriente artística se originó en el siglo XII-XIII en la actual provincia de León y se expandió por las de Zamora, Salamanca, Valladolid, Ávila y Segovia, hasta alcanzar la parte septentrional de la Comunidad de Madrid y la provincia de Guadalajara.

De la primitiva ermita sólo se conservan el ábside y el tramo inicial de la nave. El primer elemento citado está configurado por una bóveda de cuarto de esfera, realizada en mampostería con hiladas de ladrillo, que se une al cuerpo principal mediante un arco ligeramente apuntado, hecho en ladrillo. Con respecto al segundo, se estructura en una bóveda de cañón, igualmente apuntada, de la que sólo se mantienen en pie el arranque y algunos muros. Estuvo adscrita a la Iglesia Magistral de Alcalá de Henares y hoy pertenece a la Diócesis Complutense, con sede en la misma Ciudad de Alcalá.